Solange Escosteguy

Extractos de textos críticos

Alicia Haber (Uruguay, 1985)

Enfrentado a los cuadros-objeto de Solange Escosteguy el espectador atento descubre una búsqueda constante por vitalizar la geometría con el empleo de la más variadas gamas cromáticas y con la configuración de estructuras no tradicionales.Descubre, asimismo, una exuberancia colorística y una libertad para manejar las formas que son dos constantes de la producción de la artista brasilena. Advierte, finalmente, que esas características formales transmiten una preferencia existencial por el dinamismo, señalan la importancia de la energía y el movimiento en el mundo contemporáneo y aluden a las complejidades y fracturas de la vida moderna.

Maria Luísa Torrens (Uruguay, 1984)

El problema dinámico con el que desafia al espectador, Solange Escosteguy, obliga a una revisión de las coordenadas perceptivas tradicionales y se compensa con la vitalidad cromática, y la brevedad y semsibilidad que susurran sus sutiles transparencias. Hay una propuesta en la última producción de Solange Escosteguy por explorar las nuevas relaciones espacio-temporales que son un desafio para el hombre de fines del S. XX.

Amalia Polleri (Uruguai, 1985)

No le basta a Solange Escosteguy la ruptura sustantiva del soporte. El contenido geométrico desata tensiones que la amazona Escosteguy domina y maneja en amplios planos de color con riendas de lineas de grosores distintos, que se contraen, se superponen y desfasan creando falsos espacios perspectivos. Asimetrías, repeticiones irregulares e invasiones de forma y color, crean focos de singulares entrecruzamientos, cuyo lejanísimo antecedente encontramos en ciertas figuras futuristas de gran dinamismo y, más cerca, en la batalla geométrica que desencadenan algunos concretistas (...)

Aline Figueiredo (Brasil, 1979)

De vocación constructivista, Solange Escosteguy se ocupa del juego de encontrar el punto de equilíbrio a través del propio desequilibrio, como un rompecabezas. Forma y color son los elementos básicos de su trabajo.

Celme Fernandes (Brasil, 1994)

Solange Escosteguy pertenece a una generación que generó en las artes visuales el diálogo del arte con el cotidiano, concretando la preocupación de renovación a partir de una compreensión mayor de las llamadas "artes eruditas" o "clásicas", y asimilando otros materiales y soportes hasta llegar a la exploración artística de las posibilidades del cuerpo mismo, dimensionando el lenguaje a lo más sencillo y asímismo más sutil, lo de vestir. Ese arte revolucionario empieza en la década de 60 con el Grupo Nueva Objetividad, que contó con nombres esenciales en la formación de las nuevas tendencias artísticas de Brasil. Dentro de ellos destaca el de Solange, quien ha demostrado su labor, con toda la inventiva de líneas, colores, movimientos y luz, por los cuatro cantos del mundo.

Hélio Oiticica (Brasil, 1966)

Solange es, en verdad, más que nada, una pintora, y es por eso que sus concepciones plásticas vienen (y no podría ser de otra forma) impregnadas de subjetivismo, traducido siempre en ideas plásticas, en líneas-formas-colores. Al crear, desde 1966, sus primeros objetos (los que llamé anti-cajas y supra-relieves) no hubo ninguna ruptura o discontinuidad entre estas dos actividades (pintura y escultura). Ella se va de una a otra porque eso la complace y le da expansión a su deseo no contenido de expresarse con el color y la forma, los que co-existen en cada obra nueva, en proporciones nuevas. (...) Cuando ella crea entonces sus primeros relieves (o supra-relieves) son como una prolongación de su primera actividad. (...) Por eso usa el color en toda su vibración, de una forma altamente decorativa en que transparenta toda su alegría de crear, lo que es - desde mi punto de vista - lo más importante en su actitud frente a las solicitaciones creativas. Penso a veces en Sophie Tauber-Arp, con la diferencia que en Solange el idealismo de la pintora suiza es, por fuerza, un tropicalismo inevitable, una disponibilidad para crear, la cual fluye y se transforma en ropas exquisitas, en relieves inesperados, en una geometría verdaderamente fascinante.

Hugo Auler (Brasil)

Las obras de Solange Escosteguy, comprendidas en el arte "objetual", colocan en discusión el problema de la unidad del contenido y de la forma, la cual, por no ser cartesianamente dicótoma, llevó a Henry Focillón a ver, con mucha propriedad, en la obra de arte la capacidad de su contenido formal. (...)
En ese orden de ideas han de ser, pues, contempladas y comprendidas, leídas e interpretadas las "construcciones" de Solange Escosteguy, concebidas, organizadas y ejecutadas en formas puras y colores puros, en relaciones opuestas, de creaciones y destrucciones. En efecto, en sus obras de pura composición, que no son otra cosa que planos de sus objetos, está la inmanencia de aquellas leyes de oposición que comandan el alma individual - una proyección del alma universal.
(...) lo que Solange Escosteguy realiza es un proceso válido de pintura/escultura, en lo cual se imponde más y más un arte de integración y de participación.(...)

Fernando Moya Escárate (Chile)

En (…) su primera muestra en Chile, la artista presenta una nueva evolución que, como ella misma señala, obedece a su encuentro con el paisaje de nuestro país. Utilizando elementos propios de la tierra, más materiales que ella misma elabora, crea diversos volúmenes a los que incorpora el color mediante la aplicación de pintura acrílica y pigmentos. El resultado es sorprendente, y aunque las formas son claramente abstractas, en ellas es posible reconocer el desierto, la cordillera o el ventisquero.

Mecha Gattás (Uruguay)

La filosofía de Solange Escosteguy está basada en el concepto de que la forma democrática se traslada al arte-moda. Sus vestidos, sus chalinas son entonces obras de arte que pasean por las calles. Como grafitis energizados detienen y absorben las miradas de los transeúntes, los aferra a los colores, los encierra en sus estructuras.
Arte en movimiento, arte que sale de los museos, de las galerías, (…) se libera de un marco y se integra con alegría y humor a lo cotidiano.

Elisa Roubaud (Uruguay)

Las esculturas de Solange Escosteguy resultan una proeza como intervención de la materia. Algunos ejes atraviesan, sostienen cuerpos de papel maché densos, texturados y enriquecidos por el contacto de lijas y manos que van llevando los tonos y las pátinas a esa compleja amalgama de materia y color. Las formas que consigue al equilibrar pasta de papel y fuerza de gravedad se elevan caprichosas en el espacio, o dejan caer el peso engañoso de un material esencialmente liviano, con aparencia de roca, piedra, lava incandescente. Estas obras son la etapa actual de una larga trayectoria que comenzó con objetos realizados en 1967 en la Nueva Objetividad, o en el Desfile Happening que hizo la artista en el Museo de Arte Moderno de Rio de Janeiro, en el mismo año, ambientado en Tropicalia de Helio Oiticica.

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